
Hay varias maneras de recorrer estas paralelas férreas, el que con paso firme pasa de una traviesa a otra con el horizonte siempre a la vista, seguro y confiado, el que salta de madera en madera mientras observa el cielo en cada salto para volver a la tierra al final siempre, el que camina en el filo del rail siempre a punto de caer en el camino predeterminado a un lado o al lateral imprevisible de bosques, ríos o pueblos inexplorados, o el que no puede verse encerrado en caminos ya trazados y patea los guijarros que encuentra en el camino con rabia.
Todos ellos encontrarán su estación puede que sea la misma u otra distinta, caminos paralelos en una vida llena de desvíos, puentes, estaciones, apeaderos, cambios de vía, cambiante como el humo que exhala la máquina de vapor.
Lo malo es cuando se llega a una estación y uno se empieza a preguntar si no hubiera sido mejor pararse en otra, si se debería haber cogido otra vía en la bifurcación que apareció hace kilómetros, o lo peor de todo: que la vía que escogió el de al lado es mejor, más bonita y lleva a estaciones mejores.
ResponderEliminar¡Las reflexiones en domingo son muy peligrosas!
Renaissance - Peligrosas puede pero son las mejores.
ResponderEliminarSiempre hay elecciones lo importante es tomarlas.
Y, ¿hay última estación, amigo Satrian?
ResponderEliminarNahum - Siempre hay una última estación la que nos espera a todos y a todos nos iguala, en la que aguarda la parca, el resto siempre pueden cambiar.
ResponderEliminarEstaciones en las que bajarse o continuar ¿?
ResponderEliminar¡Saludos!
OsKar108 - Dependiendo de como se encuentre uno en ellas, a veces se sabe si alguien ha llegado al destino.
ResponderEliminarSaludos para tí, también.
Que bonito pensamiento que plasmaste en esta entradita, me dejaste meditando en lo leído y sin palabras... :_)
ResponderEliminarluciabruja - Gracias, de cuando en cuando pongo alguno de estos post, me alegro que te haya gustado.
ResponderEliminar