James Bond va de compras.


Ya es suficiente condena tener una jefa que casi me duplica la edad, y que no hace otra cosa que añorar los tiempos de su Sean Connery, para que encima me mande a realizar sus compras, por que eso de espiar está en crisis como todo lo demás, y que si quiero hacer otras cosas, que me dedique al espionaje de empresas o al político que está en boga.

Entro en la carniceria, ufano de mi y me dirijo al mostrador, pero cuando voy a pedir una anciana de la misma quinta de mi jefa, me empuja, y comienza a lanzarme improperios, impropios de una dama, que si me he colado, que si creo que por llevar esmoquin, tengo alguna bula especial, que en su época los caballeros eran otra cosa, que como hemos degenerado, todo ello edulcorado con insultos intercalados.

Mi primer reflejo es echar mano de mi Walter PPK, y darle matarile, pero por no aguantar otro rollo de la vieja chocha de mi jefa, respiraré profundo y pediré disculpas, lo que hay que ver media hora de espera para un solomillo, mira para lo que sirve mi licencia para matar en estas ocasiones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha gustado. anónimo 40.000

Anónimo dijo...

Te ha dado por el tío James... :-p