El observador decadente: La crisis en San Valentín

Buscando regalos con la mente en otro sitio, la cruda realidad que nos rodea, ha acabado con la ilusión y el romanticismo, solo piensas en cómo vamos a pagar la hipoteca ahora que la han despedido, cómo voy a comprarle un regalo caro, si no nos lo podemos permitir, cómo encontrar algo que le guste, que le de confianza, que la alegre, si no tengo ninguna inspiración, estoy nublado, estoy perdido si no encuentro algo, vamos a ver que hace un hombre que está perdido, hmmmm, !Ya estáaa!
LA CENA
Por supuesto cenamos en casa, unos tallarines a la carbonara y lomo con leche, porque como cocinillas no soy muy hábil, la mesa con sus velitas y flores del parque de al lado, así ahorrábamos electricidad y que me perdonen los de parques y jardines.
Llegó la hora de los regalos

- Toma tu regalo.
Cogí un paquete pequeño con un envoltorio de corazoncitos, lo desenvolví y abrí la cajita, un par de gemelos con forma de corazón llameante destacaban en la tenue luz.
- No se si te los podrás poner en tu trabajo, porque con lo quisquilloso que es tu jefe con la uniformidad, y no nos podemos permitir que te despidan a tí también - dijo con voz temblorosa.
- Es igual, los llevaré de todas formas, no se ven mucho debajo de la americana, muchas gracias son preciosos.
- Son para que no olvides tu pasado rockero.
- Abre el tuyo, espero que te guste.

Ella cumplió como yo el ritual del descubrimiento del regalo, con papel y cajita incluidos, pero al abrir el paquete, su cara se tornó triste y oscura.
- !Una brújula!, !una brújula!, tan perdida y sin rumbo me ves que me regalas una brújula, y yo que te he tenido siempre por un novio cariñoso y romántico.
Mis ojos subían y bajaban, incapaces de aguantar su mirada de decepción y rabia, con lo que solo pude decir con un hilo de voz:
- Dale la vuelta y mira la inscripción.
Hizo lo que le dije, y su expresión cambiaba conforme leía las palabras escritas, se levantó de su silla y se sentó en mi regazo
para besarme una y otra vez.
La inscripción decía: No importa lo que el destino me depare y lo aciaga que sea mi existencia, mientras estés a mi lado Sonia, jamás perderé el rumbo, tú siempre serás mi norte.
- Tranquila cariño pase lo que pase, el amor nos mantendrá vivos, no permitirá que caigamos en rutinas y pesimismos, y nos indicará el camino siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con todo el respeto del mundo para el que tenga una pareja y esté enamorado, pero el amor APESTA y NO EXISTE y San Valentín da por el culo.

Anónimo dijo...

Vaya hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo, el suelo frío y cristales en él.